«Has visto transcurrir, héroe, catorce años en las selvas, por amor a mí, en compañía de tu videana y de Laksmana. Tu promesa, pues, está cumplida y tu estancia en el bosque es una deuda pagada. Tu piedad filial ha salvado la verdad de mi palabra, y la muerte de Rávana, inmolado por tu mano, ha satisfecho a los Dioses.»
Valmiki, El Ramayana, Editorial Porrúa, 1980
Cuando conocí a Vasantha Yogananthan su trabajo como fotógrafo independiente apenas comenzaba. Recuerdo que me contó que trabajaba editando portafolios de imágenes para la revista Le Tigre que yo había leído un par de veces. Me gustaba mucho la libertad con la que editaban el contenido, asociando imágenes a correos de los lectores con crónicas, novelas seriadas y otros textos sin categorías. Cuando vuelvo a ver el número seis de la revista recuerdo la acuarela del Pájaro del paraíso de Pieter Cornelius de Bevere ilustrando uno de los cuentos más conmovedores de Oscar Wilde, El príncipe feliz. En las primeras páginas de revista se asoman unos aforismos de Eric Chevillard. Leo uno de ellos esperando encontrar algo que me hable de ese momento y caigo con esto: “Los virus se intercambian por simpatía, aprovechando las corrientes del amor. Es por esa razón que los misántropos a menudo llegan a viejos”. Pensar que eso fue escrito en 2011 y en ese entonces no se había desatado el Coronavirus…
Desde ese primer encuentro entendí que la fotografía de Vasantha lograría sobrellevar un tremendo desafío. Sus fotografías lograban un mezcla perfecta entre la ternura y la crudeza, lo que la poesía suaviza y el realismo confronta, ese mundo complejo que no oculta lo uno por integrar lo otro. Al ver la historia reciente de la fotografía uno se imagina que la poesía y el lenguaje documental 9en cualquiera de sus expresiones) hablan de dos realidades que parecen incompatibles, pero aquí, en las fotografías de Vasantha, la poesía y el realismo van de la mano, se entretejen y se responden aliviando un poco la mirada realista con ese gesto espiritual, silencioso, del que hace una fotografía con la voluntad de encontrar algo más.
Con el tiempo Vasantha fue haciendo cada vez proyectos más apasionantes. Empezó a aventurarse en otras ediciones junto con Cécile, su pareja, con quien fundó la editorial Chose Commune, alejándose de Francia para buscar retratar su otra tierra de origen viajando cada vez un poco más lejos mientras encontraba una voz cada vez más auténtica en la fotografía. Afterlife, es sin duda el libro mejor logrado y no es sorprendente que sea con él que terminemos el recorrido. El título es lo suficientemente sugerente como para dejar todo ahí.
A Myth Of Two Souls / El mito de las dos almas
A Myth Of Two Souls. Empieza el recorrido. Esta es la obra más épica del fotógrafo. Muy en sintonía con el texto del que se inspira y con el que poco a poco va a tejiendo un diálogo muy profundo que viene de la necesidad de un fotógrafo por reconocer sus orígenes, hacer suyos los textos clásicos de la tradición hindú y reconocer en el día a día de lo que se vive en esa región del mundo, el pasado más lejano.
El texto del que se inspira esta obra de múltiples libros es El Ramayana, uno de los textos épicos más importantes de la literatura hinduista. El Ramayana es uno de esos smiriti, escritos sobre aquello que se recuerda. Cuenta las aventuras de Rama, uno de las encarnaciones de Vishnu el protector desde su nacimiento hasta su muerte. Está escrito en sánscrito en casi 50.000 versos y su redacción se atribuye al sabio hindú Valmiki. El Ramayana tiene 2.400 años. La versión que conocemos hoy en día consta de siete libros o kandas. Vasantha retoma esa estructura narrativa para crear siete series de imágenes y siete libros. Esas ediciones acompañan las tribulaciones de Rama, el legendario príncipe del Reino de Kosala. Los siete libros hablan de temas que la literatura occidental ha tomado también como referentes: el privilegio del recién nacido que tiene la bendición de los Dioses, sus temibles hazañas por ganar el amor y vencer el destino, el combate a con los demonios, el exilio forzado, el secuestro de la amada, la lucha por recuperarla y el trono merecido al regresar a la tierra de origen.
Estas son las distintas etapas del texto que nos ha quedado:
- Bala Kanda / La infancia:
Esta parte del relato cuenta el milagroso de su nacimiento, su vida temprana en Aiodhiá, la muerte de los demonios del bosque a solicitud de Vishuámitra y sus bodas con Sita.
- Ayodhya Kanda / Aiodhiá:
Es el inicio del exilio de Rama
- Aranya Kanda / El bosque
Describe la vida de Rama en el bosque y el rapto de Sita por Rávana.
- Kishkindya Kanda / Kishkinda, el reino Vánara:
Rama se hace amigo del mono Sugriva y el ejército de antropoides vánara inicia la búsqueda de Sita que permanece secuestrada.
- Sundara Kanda / Noticias:
Hánuman viaja a Lanka y encuentra a Sita aprisionada y trae las noticias a Rama.
- Yuddha Kanda / La guerra:
Narra la guerra entre Rama y Rávana y el retorno del victorioso Rama a Aiodhiá y su coronación.
- Uttara Kanda / El desenlace:
La vida de Rama y Sita después de su retorno a Aiodhiá; Rama echa al exilio a Sita; muerte de Sita y de Rama.
El proyecto de Vasantha Yogananthan que inició en 2013, se extiende en un período de casi diez años. Es una labor titánica no sólo en términos de planeación y de registro fotográfico. A esa labor le acompañan los libros, siete tomos para siete grandes momentos de El Ramayana. Para hacer sus registros fotográficos Vasantha hizo trece viajes a la región, recorriendo Uttar Pradesh, Bihar, Madhya Pradesh, Maharashtra, Rayastán, Andhra Pradesh, Odisha, Chhattisgarh, Karnataka, Kerala, Tamil Nadú, Nepal y Sri Lanka.
Es interesante ver hasta qué punto el relato mítico se cruza con la búsqueda personal del artista. En cada edición se cruzan fragmentos del Ramayana traducidos al inglés con fotografías recientes hechas en todas esas regiones en donde pudieron haber ocurrido los hechos narrados en el libro. Las imágenes demuestran lo peculiar de la vida cotidiana en la India. Sorprende la picardía con la que mucha gente vive, inventando siempre ingeniosas formas de transportarse o de encontrarse y vivir rituales que nosotros no entendemos en toda su riqueza simbólica y en toda su profundidad.
La serie A Myth of Two Souls, contiene algo muy valioso. En las fotografías, la mirada es respetuosa y distante. Detrás de cada imagen se esconde un profundo conocimiento de la cultura y de la gente. No hay noción de “el extranjero” fascinado con el exotismo de la India y de sus países vecinos. Por el contrario, el diálogo es trascendental y cubre todas las esferas del conocimiento, incluyendo la meditación. Ver esas fotografías se resume también a eso, a meditar un paisaje, a sentirlo desde ese relato y esa expresión que lo cargan de miles de años de historia, sin arrancarle toda las frescura y la espontaneidad de lo que se vive en el presente.
El origen Tamil del fotógrafo hace que esta búsqueda de la epopeya moderna se convierta también en una necesidad por conocer los orígenes y hablar de ellos desde el presente. El relato es clásico, pero las fotografías son contemporáneas. Todos los gestos, los paisajes y las situaciones parecen responder de forma muy singular al texto, como si existiera una memoria intacta, cada día revitalizada por estas personas que se ignoran.
Empecemos…
“Era una vasta y extensa comarca, alegre, abundante en trigo, rebaños, junto a la orilla del Sarayu, llamado también Kasala. Había allí una ciudad célebre en todo el universo, fundada por Manú, el jede del género humano. Se llamaba Ayodya”.
Valmiki, El Ramayana, Editorial Porrúa, 1980
1. Early Times / Los inicios
Hace tres años, estaba deambulando por una librería ubicada en el norte de la ciudad de Bogotá cuando descubrí a unos pasos de la tienda una pequeña biblioteca con libros para que la gente los tomara libremente y los guardara después de leer. Había una muy antigua edición en español del Ramayana de Valmiki publicada en México en los años ochenta por Editorial Porrúa. Entonces recordé que tú Vasantha, habías estado trabajando con Cécile en siete ediciones de esos escritos épicos. Antes de llegar a las fotografías me preguntaba si ese trabajo les había permitido a ellos dos hacer el viaje épico del Ramayana a través de las fotos primero y luego la edición. Cómo sería ese viaje. Voy a seguirlo con ustedes.
Antes de retomar la historia donde ustedes la dejaron quisiera agregar un texto a modo de introducción, para ir conociendo mejor El Ramayana.
“Dice El Ramayana que Dásharatha, rey de Ayodhya, tiene cuatro hijos de Kauśalya, Keikeyi y Sumitra, sus esposas. Esos hijos nacen gracias a la intermediación divina. Rama, el hijo de Kauśalya, es el mayor. Le sigue Bharata, hijo de Kaikeyi. Los otros dos son gemelos, Lakshmana y Satrughna. En Mithila, una ciudad cercana, vive la hermosa Sita. Cuando llega el momento de que Sita se case, se plantea una prueba a los pretendientes: los príncipes deberán ser capaces de encordar un arco gigante. Ese primer acontecimiento revela lo heroico que es Rama y todas las hazañas que conseguirá hacer por amor. Nadie pudo levantar el arco hasta la llegada de Rama, que no solo lo alzó, sino que además lo partió. Sita acepta tomar a Rama como esposo, ante las miradas de decepción de los demás aspirantes. El rey Dásharatha decide dejar el trono a su hijo Rama y retirarse al bosque para buscar la liberación espiritual o moksha”.
“Eran las 05:04 de la mañana; el sol se elevó sobre el poderoso reino de Ayodhya. Como si fuera una señal, todos se turnaron para darse un chapuzón en las aguas del poderoso río Sarayu. Los santos alzaron las manos por encima de la cabeza; un cántico lento ondeaba a través de las tranquilas aguas, interrumpido sólo por el silbido de los dhobis lavando ropa. Todos tenían una sola oración por su amado y obediente rey Dasharatha. Rezaron para que le naciera un hijo.
El rey Dasharatha volvió a arrojar su anzuelo al agua; su cuerpo temblaba mientras trataba de sostenerse en la roca en medio del agua. Estaba abrumado por una gran tristeza porque no podía soportar ver a su esposa, la reina Kaushalya, infeliz. Después del nacimiento de su hija Shanta, Kaushalya había estado orando por el nacimiento de un hijo, pero fue en vano.
Todos los sabios de la corte, sus consejeros, su familia y amigos le dijeron que por el bien de Ayodhya tenía que volver a casarse. Esa era la única forma en que su reino tendría un heredero. Su esposa, la hermosa Kaushalya, lo entendió bien. Sabía que le dolía, pero ella había insistido esa mañana en que fuera al rey Ashwapati para pedirle a su hija que fuera su esposa”.
Dasharatha fue a Rishyasringa, «Maestro de los secretos de la naturaleza, Rishyasringa, ayúdame a tener un hijo», dijo. Rishyasringa reunió a 1.001 hombres santos que se sentaron alrededor de un fuego sagrado. La fuerte voz de Rishyasringa retumbó en todo el Reino y se hizo eco de los 1001 hombres santos hasta que llegó a los cielos. Los dioses salieron para ver quién los llamaba. «Es el rey Dasharatha, está orando por un heredero», dijo uno de los dioses. «Debemos concederle su deseo», dijo otro complacido con el canto.
«Los mantras de Rishyasringa son tan poderosos que ni siquiera los dioses pueden ignorarlos», le dijo Nandi, el chismoso, a Mor, el pavo real.
Mor había venido de visita desde el Reino de Mithila que estaba lejos de la ciudad de Ayodhya. Desde el sacrificio, Nandi se había convertido en una gran fan de Rishyasringa. Eso hizo que Mor pensara. Voló tan rápido como pudo de regreso a Mithila. Fue un alivio estar de vuelta en su pueblo, ya que no le importaba la vida en la ciudad. Prefería los exuberantes campos de mostaza amarilla y el olor a barro que las carreteras asfaltadas de la ciudad.
Los dioses salieron una vez más para ver lo que estaba sucediendo en Ayodhya. Vieron cómo la ira de Vishvamitra desataba la furia de la naturaleza. Rápidamente convocaron a Vashistha, otro sabio para aconsejar a Dasharatha.
Rama estaba acostado en el regazo de Kaushalya. “Hijo, el viento está cambiando. Ha llegado el momento de que dejes el bate de cricket y, en su lugar, cojas el arco ”, dijo Kaushalya.
Rama respiró hondo y reunió a sus hermanos en su lugar favorito cerca del pozo y les dijo que se iba.
Cuando Rama entró en la corte, Dasharatha lo abrazó y le besó la frente. “Ve con Vishvamitra. Cuando regreses, mantendré mi cabeza en alto porque serás entrenado nada menos que por el gran Vishvamitra ”, dijo Dasharatha.
“Iré con mi hermano”, anunció que Lakshmana había seguido a Rama a la corte.
Cruzaron la puerta y se adentraron en el desierto de los bosques que albergaban demonios y animales feroces. No sabían nada de lo que les depararía el futuro, excepto que el viaje para convertirse en guerreros había comenzado.
2. The Promise / La Promesa
Un torbellino rugiente rompió las rocas. Sabía que Tataka estaba dentro, cambiando de forma y forma, apareciendo y desapareciendo en la espesa tormenta de polvo. Vi a los príncipes pararse espalda con espalda y levantar sus armas. Sus flechas eran impulsadas por los dioses, sus espadas brillaban y sus lanzas silbaban por el aire.
Vi a Rama caminar hacia el palacio, con los anchos hombros echados hacia atrás, su carruaje recto y fuerte, su rostro radiante. Parecía un guerrero en cada centímetro, pero noté que sus ojos eran tan profundos y tranquilos como un charco de lotos. En ese momento, mi corazón floreció de amor, como lo hace una flor al primer toque de los rayos del sol.
Pensé en los siete pasos que daríamos juntos alrededor del fuego sagrado y las siete promesas que nos haríamos. Sabía que Rama y yo estaríamos juntos como marido y mujer durante siete vidas, como los dioses habían ordenado: cada paso una promesa, cada promesa una vida
¿Qué significa nuestro amor, Rama, ¿si no voy contigo al bosque? ¿De qué valen nuestras promesas, las promesas que tú y yo nos hicimos el uno al otro en nuestra noche de bodas, lejos de las ceremonias, del pueblo, del fuego, de los sacerdotes y de los dioses? Nuestro matrimonio nos ha dado siete vidas juntos: ¡catorce años en un bosque no son nada!
Exile / El exilio
Nos esperan catorce años en el bosque. Catorce años lejos de Ayodhya. Pero no puedo pensar en eso. Debo tomar cada día como venga, protegiendo a mi hermano y su esposa. No debo vacilar, no debo tener ninguna duda sobre lo que tendré que hacer.
Sé que el mundo me juzgará para siempre por cortarle la nariz. Pero mantuve mi promesa de proteger a mi hermano y a su esposa. El Shurpanakha, demonio del bosque, no pudo dañar ni a Rama ni a Sita.
¡Qué te han hecho, hermana mía! ¿Qué violencia encontraron dentro de sí mismos para arruinar tu rostro y mutilar tu cuerpo?
¿Quiénes son estas personas, estos príncipes de Ayodhya? Te lo juro, sufrirán. Sufrirán por amor como tú, tu humillación será vengada.
Dandaka / Castigo
Los años pasan y Rama, Sita y Lakshmana son muy felices en su exilio en la selva viviendo como anacoretas. Llegado un punto deciden instalarse en el Bosque Dadanka dado que ellos vivían en diversas ermitas en donde los acogiesen. Sin embargo, Rama y Lakshmana pronto se ven obligados a luchar contra los rakshasas (demonios) que atormentaban a los habitantes del bosque de Dandaka. Un día, Surpanakha (princesa de los rakshasas) intenta seducir a Rama. Su hermano, Lakshmana, la hiere por mandato de Rama. Encolerizada, va donde su hermano Khara, quien es uno de los más fuertes rakshasa, a pedirle venganza. Khara , junto a su enorme ejército de soldados, mueren ante las flechas de Rama. Entonces Surpanakha acude aterrada donde su hermano mayor Rávana, el gobernante de Lanka (pueblo de los demonios o rakshasas), y le habla sobre Rama y su esposa, la encantadora Sita. A sabiendas de que un enfrentamiento directo con Rama podía ser mortal, Rávana idea un plan para raptar a Sita. A sabiendas del aprecio que ella siente por los ciervos dorados, decide que el brujo Maricha se convierta en un ciervo dorado que mantenga ocupado a Rama y Lakshmana. Al verlo, Rama marcha a cazarlo a pedido de Sita, dejándola a cuidado de Lakshmana. Cuando Rama persigue al ciervo, este al verse acorralado cambia a su forma real, transformándose en Maricha. Rama le da muerte, pero este en su agonía simula la voz de Rama pidiendo auxilio a su hermano. Al escuchar esto Sita, desesperada, le dice a Lakshmana que vaya a salvarlo, pero él se niega dado que Rama le dio la orden de protegerla. Llorando lo acusa de desear la muerte de su hermano para hacerla su esposa, Lakshmana profundamente ofendido se va en busca de Rama. En ese momento, Rávana aprovecha para raptarla. Conduce a Sita a su palacio en el reino de Lanka.
En pleno rapto, un grupo de simios logra ver desde los cielos a Sita gritando por la ayuda de Rama y su hermano; esta les tira desde los aires una de sus prendas con la esperanza de que le demuestren a Rama de que ella continúa con vida. Rama logra dar con ellos, siendo un grupo reducido de monos al servicio de Sugriva, un mono desterrado por su hermano mayor Bali, heredero al trono de los simios. Informado de lo sucedido, Rama jura darle muerte a Bali siempre y cuando los simios lo ayuden a encontrar a Sita. Gracias a la intermediación de su consejero Jánuman, Sugriva llega a un acuerdo con Rama, le pide que mate a Bali para poder ser rey de los monos. Sugriva va hasta el reino de los monos, Kishkindha, y reta a Bali a un duelo. Rama, oculto en los arbusto, le da muerte con uno de sus dardos. De ese modo, Sugriva se convierte en el rey.
Howling Winds / Susurros del viento
Llegado el momento, Sugriva decide cumplir con su palabra y moviliza a millares de simios y osos a buscar el paradero de Sita en todos los rincones del mundo. El grupo es liderado por Djambavat el rey de los osos y el príncipe Angoda, hijo de Bali. Estos lo intentan sin éxito y no es sino hasta el último día en el cual todos decide morir de inanición antes de informarle al Rey de su fracaso. En ese momento, aparece Sampati, el Rey de los Buitres, dispuesto a devorarlos; Angoda le comenta todas las penurias que han sucedido y recuerda aquel valiente buitre Djatayú y cuan distinto era a Sampati en nobleza. Sampati reconoce a su hermano menor Djatayú, muerto en combate contra Ravana. Muy apenado, decide ayudarles, dado que él conoce el paradero del reino de los rakshasas. El reno de Lanka está surcando el océano (en lo que hoy es el sur de Sri Lanka).
Ningún simio se considera capaz de nadar hasta la otra orilla para dar fe de que Sita sigue con vida excepto Jánuman. El consejero del rey Sugriva se ofreció a hacerlo dado que él puede cambiar de forma a su antojo. Cambia su forma adquiriendo un cuerpo con la musculatura suficiente como para ir a volando mediante la fuerza de su impulso hasta Lanka, donde encuentra a Sita. Antes de que Jánuman pueda salir, los hombres de Rávana lo capturan. Tras un juicio le prenden fuego a su cola. Con parte del pelaje ardiendo, Jánuman huye saltando por los techos de las casas e incendia Lanka. Llega hasta Rama, a quien informa sobre la ubicación de Sita. El gran problema radicaba en cómo transportar el ejército de monos y osos hasta el reino de Lanka.
Rama trata de conseguir el apoyo de la divinidad del mar quien accede ha ayudarlos. Las piedras gigantes que el ejército de monos y osos tiraba al mar empiezan a formar un camino entre la India y Lanka. Los ejércitos de Rama y Rávana se enfrentan duramente. Tras eliminar a algunos hermanos de Rávana (entre ellos Kumbakarna), el príncipe Indrajit hace acto de presencia. Logra derrotar a todo el ejército de los simios, a Rama y a Lakshmana gracias a su poderes místicos como el de la desaparición o la invocación de serpientes. Deja a Lakshmana al borde de la muerte, pero este termina siendo rescatado por Jánuman. Lakshmana derrota al hijo de Rávana. Cuando se entera de ello, Rávana lleno de ira sale de su castillo dispuesto a luchar. Rama logra derrotarlo con la flecha de Brahma.
Rama libera a Sita, pero desprecia su amor frente a los pueblos de los simios, osos y rakshakas ante la posibilidad de adulterio, dado el prolongado tiempo que estuvo raptada por Rávana. Sita se somete voluntariamente a la prueba de la hoguera para dar testimonio público de la integridad de su pureza. El dios Agni intercede por ella haciendo que el fuego no le afecte en lo absoluto. Las llamas que la envuelven toman forman humana y le ayudan a salir sana y salva. Los dioses complacidos por la gesta de Rama le confiesan su naturaleza divina.
Mientras Rama estaba en gran angustia, cientos de miles de animales de todo el mundo se reunieron para buscar a Sita. Sabían que en la otra orilla del océano estaba la brillante y resplandeciente isla de Lanka, donde vivía el malvado Rávana. Al salir de la jungla, los animales llegaron a las orillas del océano después de un largo viaje.
Contemplaron las interminables aguas llenas de peces, monstruos marinos y serpientes de cuerpos relucientes. Las olas chocaban entre sí, haciendo un ruido como de tambores en el campo de batalla. Siguiendo las instrucciones de Rama, los animales corrieron por todo el bosque en busca de madera para el puente.
Arrancaron árboles y los llevaron al agua, rompieron los picos de las montañas y los arrojaron al océano, llenando las aguas. Cuando llegó el momento adecuado, Rama tomó su arco, se colocó al frente del ejército y comenzó a moverse hacia Lanka. Los soldados de Rávana los miraron asombrados, algunos agitados, otros regocijados ante la perspectiva de una pelea. Se dispusieron a armarse y sonaban como los vientos aulladores del fin de los tiempos.
6. Afterlife / Vida futura
Aquí es donde la fotografía se encuentra con la pintura tradicional. Alejándose del género documental que Vasantha fue perfeccionando en las primeras etapas del proyecto, este último proyecto fue el resultado de su diálogo con un artista local para revivir la tradición de la pintura a mano. En 2016, ha iniciado otra colaboración con dos artistas especializados en la tradición de las pinturas Madhubani. Afterlife es el proyecto mejor logrado porque integra también la técnica del collage y rompe con la sacralidad de la fotografía documental que no debe ser intervenida. El poeta Meena Kandasamy compone unos versos bajo el título : ¿Qué viene después del amante-demonio? Para cerrar el capítulo. Esos versos aparecen a lo largo del libro, dándole ritmo, profundidad y estructura. La voz sigue presente a través del poeta que invita a caminar.
Ven, camina conmigo esta noche de primavera
Camina conmigo mientras nos cruzamos.
Nos cambiaremos de ropa, ella nos pintará la cara
Camina conmigo mientras despertamos a los muertos.
Camina conmigo mientras desaparecemos en la oscuridad.
Cerraremos nuestros labios, cerraremos nuestras medias.
Camina conmigo mientras descartamos esta tarde encendida
Camina conmigo por este laberinto de calles
Bailaremos al ritmo de los tambores
Moveremos los cuerpos al ritmo de una canción tendida
Camina conmigo contra las luces que enceguecen
Camina conmigo mientras enfrentamos a las bestias nocturnas
Habremos perdonado; nos moveremos como uno solo
Camina conmigo hasta que escuchemos el canto de los pájaros
Camina conmigo hasta que esta noche mude su piel desvergonzada
Camina conmigo hasta que sea el momento de mi caminata sobre el fuego
Camina conmigo hasta que sea el momento de marcharse
VIDEO #1:
https://www.a-myth-of-two-souls.com/afterlife/
VIDEO #2:
Web.
https://vasanthayogananthan.com/
A Myth of Two Souls
https://www.a-myth-of-two-souls.com
Editorial
Biografía
Nacido en 1985, Vasantha Yogananthan vive y trabaja en París. En 2014, cofundó la editorial Chose Commune con su pareja Cécile Poimboeuf-Koizumi. Publicó su primer libro, Piémanson, que fue nominado al premio MACK First Book Award y al premio Kassel Best Book of the Year. En 2015, Vasantha Yogananthan recibió el Magnum Photo Award lo que lo ayudó a financiar el proyecto A Myth of Two Souls, un trabajo documental de largo aliento sobre El Ramayana en la India. En 2016, fue galardonado con el Prix Levallois. En 2017, recibió el premio ICP Infinity Award como fotógrafo emergente del año.
A Myth of Two Souls, un proyecto de siete libros que abarca más de siete años (2013-2019), que evolucionará en direcciones que según el fotógrafo aún no es posible prever. Alejándose del género documental que describe las primeras etapas del proyecto, ha pasado el último año trabajando con un artista local para revivir la tradición de la pintura a mano. En 2016, ha iniciado otra colaboración con dos artistas especializados en la tradición de las pinturas Madhubani. Cuanto más crece su práctica, más percibe la fotografía como un material maleable abierto a interpretaciones. Profundamente apegado a la fotografía analógica, trabaja con formatos grandes y medianos, principalmente al amanecer y al anochecer. Su uso de la luz natural y su paleta de colores está influenciado por el impresionismo.
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