Rohan Thapa, Virodh /Contradicción, 2018

PUNTO DE FUGA descubrió la obra fotográfica de Rohan Thapa a través de su primer libro Moksha, una obra impresa auto-editada, publicada en 100 copias e impresa en Valencia por el taller de impresión Martín Gràfic. Moksha fue para nosotros la más fiel traducción de cómo se puede conseguir una edición delicada, perfectamente lograda, sin recurrir a los buenos consejos de un editor.

En las primeras líneas de presentación de la obra Rohan Thapa escribía: “Moksha es la anatomía de las conexiones a través de las cuales nos identificamos. Es un viaje de inmersión en el caos de la conciencia”. Este fotógrafo originario de Nepal había conseguido darle a un libro la fuerza de un mantra, construyendo la obra impresa con la más delicada técnica del conocimiento védico o budista. La palabra no sólo es la que da la estructura, un epicentro con el que se activa el sentido de la serie, es también en repetidas veces un símbolo, una imagen, como en épocas anteriores lo eran los ocho símbolos auspiciosos o Ashta mangalas utilizados frecuentemente por diversas culturas orientales.

La conversación que este libro inició buscaba entender cómo la cultura y el pensamiento Nepalíes fueron impregnando toda la estructura de la obra, aportando no sólo un elemento de forma sino un sentido profundo a la fotografía.  La forma como en repetidas ocasiones la obra de Rohan está marcada por sellos e improntas, cubierta de una delicada capa de color rojo reactivan de forma sensible la tradición ancestral de la meditación.

Entrevista a Rohan Thapa
Por PUNTO DE FUGA

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P.D.F.: Rohan, este año publicaste un libro maravilloso que se titula Moksha. ¿Cómo surgió la idea de ese proyecto editorial?

R.T.: Moksha sale de un bloqueo. Después del primer libro Sutra, fotográficamente estaba bloqueado, pero tenía la necesidad de seguir creando. Estuve en un curso de fotografía Circular con Julián Barón, y en una conversación salió la idea de volver al archivo.  Cuando estuve releyendo todo el archivo de Sutra (2011-2015) encontré un grito en el silencio, y también mi liberación fotográfica.

P.D.F.: En tu texto de introducción dices que Moksha tiene sus raíces en la palabra Muc que en Sánscrito que significa liberar. Es un concepto filosófico, que se refiere a la emancipación, liberación o libertad. Una comprensión epistemológica denota una conciencia interna de sí mismo. Para que la conciencia de la libertad surja en la conciencia es porque en otros momentos ha habido privación o encierro. ¿De dónde vino esa necesidad de libertad? ¿Eran las imágenes las que estaban contenidas, arraigadas a una historia, cargadas de alguna violencia o eras tú quien al releerlas quisiste plantear una nueva lectura de esas fotografías?

R.T.: Liberación es un concepto, y mientras que para algunos puede referirse a la libertad, para muchos otros puede significar coacción. Vengo de una formación política, que tiene sus raíces en un sistema de educación muy restringido y anticuado, y creo que es lo que me hizo sentir este encierro. Por otro lado, ser un extranjero me privó de mi propio ser extraño, porque no me sentía parte de ningún territorio geográfico. Fue la fotografía que me dio la herramienta de aceptar mi otredad, con todas sus contradicciones, y dialogar libremente sobre varios temas socio-políticos como el capitalismo, la guerra, el colonialismo, la corrupción, la industrialización, la inmigración, la pobreza y el poder, de los cuales habla Moksha.

P.D.F.: Dices que Moksha es un alejamiento de la narración lineal. El libro propone una lectura fractal del caos interno de la conciencia. ¿Cómo se da esa liberación a nivel formal y de secuencia en este libro?

R.T.: El hecho de no tener lomo, y dejar las imágenes libres en hojas sueltas es para crear esa composición fractal. El caos es el principio del orden. Cada uno puede elegir una secuencia como le parezca mejor y lo hace libremente.

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P.D.F.: Muchas de las fotografías que aparecen en ese libro tienen una delicada capa de color rojo que las recubre. Es un color con el que todas las imágenes, sean de archivo o hechas por ti, se unen por un hilo cromático. ¿Por qué ese color?

R.T.: El hilo que cose el libro anterior, Sutra, es del color rojo. Moksha es la anatomía de ese hilo conductor. El rojo es un pigmento que tiene mucho peso simbólico desde la sangre, la prehistoria, la armonía, la guerra, la sexualidad, la revolución, el sacrificio, la vida y la muerte. Es un color contradictorio, y eso me parece interesante.

P.D.F.: Cuando uno aborda un libro de fotografías la impronta que dejan las imágenes es la de una violencia contenida que por un momento logra expresarse. ¿Qué son esas imágenes o qué contienen en realidad? ¿Son documentos históricos, imágenes encontradas o fotografías de tu cotidiano?

R.T.: Las fotos son una mezcla de mi entorno cotidiano y de un archivo personal. El libro contiene imágenes sobre la guerra civil de Nepal, el terremoto de 2015,  un exorcismo, el embargo económico de India, el contaminación de Carlsberg, la crisis económica en España y muchos otros temas sociales, políticos, históricos y espirituales. Son experiencias que he tenido cerca y vivido, y quería mostrarlo de una manera directo/indirecto, con una estética violenta y poética, que contrasta con el minimalismo sereno que pretende tener Sutra. Quizá, es la violencia implicada en el proceso de liberación.

P.D.F.: Existen innumerables debates sobre la definición y el sentido de la fotografía, eso que hace de este tipo de registro una imagen, un registro o un documento. Muchas de las polémicas que ese arte del registro ha generado tienen que ver con la relación que hay entre las imágenes y el contexto en el que se toman o la realidad de la que surgen. ¿Piensas que estos registros del cotidiano, expresiones de una realidad violenta puedan abrirse a un lenguaje visual que no sea político? ¿Aún sacándolas de contexto crees que esas fotografías ya dejaron de ser documentos para expresar tu propia inconformidad hacia la realidad que registraron en el pasado?

R.T.: Es una de esas preguntas que genera una introspección. Pienso que hoy en día una imagen tiene el poder de representar una sociedad. Vivimos en una sociedad global cada vez más conectada, que al mismo tiempo cultiva una realidad ambigua, incomoda y contradictoria.  Opino lo mismo sobre una imagen. Miro al arte, como una herramienta que crea un puente entre varios estratos distintos, no únicamente político, y en este proceso hay cierta destrucción de lo establecido. Pienso que la dualidad forma parte del ser humano; el problema surge cuando hay sistemas establecidos que quieren armonizar esta contradicción, por temor de la ambigüedad que amenaza su supervivencia. En este sentido, no tengo miedo de expresar mi inconformidad pensando que las fotografías van a dejar de ser documentos. Para mi son las dos cosas al mismo tiempo.

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P.D.F.: Hay algo curioso en tus imágenes y es que la mayoría vienen grabadas con un sello. Supongo que es el título del libro. Es como si las hubieras puesto a prueba, confrontando la palabra, libertad, o el estado de conciencia del ser libre con la realidad que ahí se ve. ¿Cuál es el propósito de esos sellos? ¿Los podríamos asociar con los mantras de los yoguis o cómo los definirías tú?

R.T.: Es lo que dices. El sello es el titulo del libro, Moksha, y es una intención de liberarse de la realidad que establece las imágenes. El proceso fue un ritual porque sellando miles de hojas das cuenta que la perfección no existe. Al mismo tiempo fue violento porque había un momento que el papel no absorbía la tina, rechazando este acto. El sello rompía la estética de las imágenes y creaba un nueva estética mas sangrienta, dejando una marca de violencia que hacia el libro una objeto.

P.D.F.:  No es muy común que un fotógrafo inicie una nueva serie como si fuese la prolongación de un trabajo anterior. Eso tiene que ver no sólo con la noción del tiempo, de la forma como cada fotógrafo trabaja con él y se identifica con él, sino también con esa idea de que la fotografía es la expresión del tiempo detenido. Tengo la impresión que en tu proceso de trabajo, el tiempo es algo circular, avanza de forma elíptica. Cuando mencionas tu último libro dices que todo ello viene de Sutra, el primer libro que hiciste. ¿Cómo has llegado a esa conciencia del tiempo fotográfico como una elipse? ¿Esa conciencia del tiempo circular viene de la edición de Sutra o de dónde surge?

R.T.: Vengo de una tradición oriental, y por otro lado tengo una formación occidental. Inconscientemente, ambas cosas me han influido para entender el tiempo de una forma lineal y circular.  Fue Julián Barón quien reflejó la consciencia  desde la inconsciencia en mi educación visual. También tuve la oportunidad de trabajar con Eloi Gimeno durante la edición de Sutra. Fue él, como diseñador, que entendió el discurso, y añadió la forma circular al libro.

P.D.F.:  Al hablar de tu primer trabajo editado dices que Sutra significa cuerda o hilo. Para ti ese es un libro que reúne cuatro cuerpos de trabajo trenzando varias conexiones en la esfera física, social y política para encontrar el significado de la humanidad. Las series comparten una conexión visual y táctil con la ceguera, el consumo, la identidad y la naturaleza. ¿Podrías decir cuáles son esas conexiones? ¿Qué tienen en común la ceguera, el consumo, la identidad y la naturaleza? ¿Cuál es el hilo conductor de todo ese trabajo, es el tiempo o es algo más relativo a la forma como vivimos, a nuestra condición humana?

R.T.: Sutra significa Hilo que entrelaza cosas. Sutras  también son aforismos, hay muchos, de los cuales la más reconocida es el Kama Sutra, que significa la conexión sexual en el comportamiento humano. En el libro reúno cuatro trabajos distintos en un discurso sobre la percepción de la dualidad humana. Las conexiones en el libro es algo paradójico, por un lado dejo espacio para una interpretación libre, y por el otro hablo de un relación universal que nos hace ser humanos. Pienso que el consumo y la ceguera forma parte de mi identidad, que nace de un vacío en mi naturaleza. No puedo escaparlo, por la propia condición humana, sólo puedo cambiar la percepción sobre ellos.

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P.D.F.: Escribiste sobre Moksha un comentario enigmático. Dijiste: las imágenes viajan a través de conceptos que rodean la vida, la muerte y el renacimiento. Es como el ciclo de la vida para muchos sabios de hindús. ¿Qué es lo que te ha llevado a esos tres conceptos y cómo los has integrado a ese trabajo fotográfico? ¿La fotografía es para ti un lenguaje mitológico, una imagen dentro de otra imagen, más etérea y más filosófica como puede ser la conciencia?

R.T.: Pienso que la fotografía puede incorporar muchos idiomas, sin quitar la identidad de uno u otro. Es como lo has planteado, un lenguaje dentro del otro. En Moksha hay un lenguaje político y social que da vida al contexto real, pero también hay un lenguaje metafórico, un exorcismo violento de los miedos. Es una conexión que  reanima un archivo.

P.D.F.:  EU. PNEA es un trabajo fotográfico fascinante. En esa serie creaste fotografías en blanco y negro a partir de una muestra de residuos de aire de 24 horas recogida en una hoja de papel en blanco. ¿Cómo llegaste a hacer de la polución del aire un componente fotográfico? ¿En qué punto las partículas invisibles del aire contaminado pudieron aparecer en la hoja como los granos de una fotografía agrandada al extremo?

R.T.: EU.PNEA es un manifiesto visual contra la fábrica de Carlsberg en Nawalparasi, Nepal. El trabajo sale de la necesidad de un pueblo de manifestarse contra la contaminación de una multinacional. El problema comenzó en 2011 cuando la fábrica empezó a contaminar el aire y el agua alrededor del pueblo. En 2015 hice un reportaje fotográfico sobre la situación. Cando fui haciendo fotos, observé que la gente dejaban unas sabanas blancas en sus patios para secar, pero terminaban completamente negras por la contaminación en el aire. Entonces me surgió la idea de coger una hoja en blanco y dejar la contaminación caer por un periodo de 24 horas. Al final, el resultado era mucho más directo, se podía ver la contaminación de 28 días desde una gradiente visual. También hicimos pruebas de agua para estudiar la contaminación en el río. El trabajo luego fue seguido por Dan Watch, y el caso llego al parlamento Danés en 2018. Desgraciadamente, hasta hoy en día, la situación sigue igual.

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P.D.F.: Has estado trabajando con una serie de retratos de personas ciegas o con problemas de visión. Siempre me ha causado curiosidad saber por qué ciertos fotógrafos tan diversos como Caroline Bachmann, Wolfgang Tillmans, Masanao Abe o Hans-Christian Schink han fotografiado o retratado a los ciegos. ¿Cuál es el trasfondo de ese proyecto? ¿Es darle a quienes no ven la posibilidad de ver una imagen a través del tacto?

R.T.: In Visible es un proyecto que crea un puente, a través del tacto y el sentido visual,  entre una persona ciega y un persona que puede ver. El proyecto sale de un error fotográfico, un retrato borroso, cuando estaba trabajando en un reportaje sobre la ceguera, y otros problemas oculares, en Nepal en 2012. El error me hizo reflexionar sobre que había un nuevo diálogo visual, y lo incorporé en mi proceso fotográfico. Luego imprimí el Braille encima de las fotos,  para crear un diálogo táctil. En Nepal 2015, colaborando con la ONG Bright Star Society y Photo.circle hicimos una exposición benéfica para ayudar a los ciegos afectados por el terremoto. Fue durante la exposición cuando una madre ciega ayuda a su hija a entender el Braille, creándose así, un cambio de roles. Sentí que la fotografía puede tener un impacto directo en la sociedad.  Eso fue muy gratificante.

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P.D.F.: De alguna forma todas tus fotografías intentan hacer visible lo que no se ve o lo que ignoramos a primera vista. La conciencia, la ceguera y la contaminación son fenómenos profundamente ligados a la dualidad de la luz y de la obscuridad.  ¿Piensas que la función primera de la fotografía es trabajar sobre ese margen de lo que apenas percibimos?

R.T.: Sí y no. Pienso que la fotografía tiene varios idiomas, pero al mismo tiempo tiene un solo lenguaje. Es una herramienta que ayuda a generar una consciencia de lo visible y lo invisible. Imagino la fotografía como algo flexible y maleable, y cuando forjas un proyecto, coge la forma de nuestra propia identidad.

P.D.F.: Tus fotografías están cargadas de un lenguaje poético y sensible muy refinado. Es a través de ese lenguaje que has querido liberar la imagen de su contenido más evidente. ¿Esos proyectos fotográficos son expresiones líricas o abstractas de una realidad desoladora, imágenes que reflejan tu sensibilidad o manifestaciones no intencionales de tu conciencia?

R.T.: Aprendí a trabajar desde la inconsciencia hacia la consciencia; valoro la inconsciencia tanto como la consciencia. Cuando empiezo los proyectos lo hago de una forma libre, sin pensar, como observador. Es luego cuando encuentro la consciencia. Me gustaría pensar que mis proyectos fotográficos son todo lo que dices, que sean expresiones liricas, y abstractas, imágenes  que reflejan mi forma de entender las cosas, y manifestaciones no intencionales e intencionales de mi conciencia e inconsciencia.

P.D.F.: En Moksha y en Sutra las imágenes tienen un grano muy particular. ¿Piensas que la fotografía es materia? Lo pregunto porque hay mucho grano en tus fotografías. ¿El grano es algo que has buscado intencionalmente? ¿Hay alguna razón para ello?

R.T.: Las imágenes tienen grano porque todas las fotografías son analógicas. No fue nada intencional. Pero me gusta tu idea sobre la fotografía como materia. Gracias.

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P.D.F.: Finalmente ¿en qué proyecto estás trabajando actualmente?

R.T.: Actualmente estoy trabajando en un proyecto que se llama 2075 Civil Press, junto Alejandro Acin y Julián Barón, que va a ser realizado en Nepal. El proyecto va ser parte del festival Photo Kathmandu 2018, y vamos a trabajar junto con Kathmandu University y the Cage . También estoy trabajando en crear  un espacio de exposición alternativo, llamado Nepal Point Photography Center.

Web.

http://www.rohansthapa.com  

Biografía.

Rohan Thapa nació en Nepal en 1982. En 2004 se graduó de ciencias políticas del College of Idaho en Estados Unidos y de la Universidad de Leuven en Bélgica. Empezó a hacer incursión en el mundo de la fotografía a inicios del 2012, primero como estudiante de la Escuela Blank Paper y luego como fotógrafo profesional en la ciudad de Valencia, España. Sus trabajos fotográficos se centran la naturaleza de la identidad social y política que conforma nuestras sociedades.

En 2015 realizó su primera exposición individual In Visible en el Nepal Art Council. Participó en Art Helps Nepal 2015, una iniciativa para ayudar a las víctimas del terremoto. También colaboró en el primer festival fotográfico de Nepal PhotoKathmandu, 2015. En 2017 publicó su primer foto-libro Sutra. Participó en PIX, Nepal Issue, una exposición colectiva en el Goethe Institut, Mumbai en India. Presentó Sutra en Photo.circle, Kathmandu en Nepal y en Foam Editions en el Fotografiemuseum de Amsterdam en los Países Bajos ese mismo año. Participó en una exposición colectiva de BYOPaper en Les Rencontres de la Photographie Arles 2017, Francia. Asistió en Dispares 1X01, un diálogo fotográfico en Valencia. Fue el promotor de la exposición colaborativa Archive of Chaos en La Fotoescuela de Valencia en 2018. Acaba de publicar su segundo libro Moksha. Participó en la exposición Activating the archive de  Photographic Musuem of Humanity en 2018.

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