Tom Griggs, La criatura sigue a su animal interior, Mesæstándar, 2023

  1. Un salmo y una canción

A medida que papá envejece, su primer recuerdo ya no parece tan lejano. En él está su madre, quien lo protege con una toalla mientras le ayuda a cambiarse el vestido de baño por unos pantalones cortos. Quizás es 1950. Su padre y su hermano también estaban allí. Llegaron en tren desde Richmond, con otras familias de la iglesia, para un picnic en la playa de Buckroe, en la Bahía de Chesapeake. Cada vez que papá va al mar, ese día se repite. La sal adentro suyo invoca la sal afuera. El sonido crispado de la rompiente. El del agua succionada en cada resaca de las olas. Brisa cálida que huele a pesado muerto y a orín.

Medio siglo después, papá yace en su cama cada noche, incapaz de dormir a pesar de llevar tantos años cansado. Un incontable número de días guiando a su congregación se despliega ante su mente. Infinitas horas de trabajo ocultan el atisbo de un futuro que pudo ser distinto. Una oleada de sueño frágil lo arrastra, al fin. Y los colores empiezan a desvanecerse, uno a uno, mientras se precipita desde la superficie, y desciende hacia el frío hasta que sus piernas y brazos pálidos ondulan entre la negrura de tinta del fondo del mar.

Tom Griggs, La criatura sigue a su animal interior, Mesæstándar, 2023

Con este último libro titulado  A Creature Obeys a Creature That Wants (La criatura sigue a su animal interior), Tom Griggs relata con una poesía punzante y genuina la vida cotidiana de su padre. Junto con imágenes de archivo, recuerdos de la infancia se entremezclan con textos cortos escritos con la mano temblorosa del papá que confiesa su dolor, su necesidad de ser amado y de creer a los que el fotógrafo responde con canciones y oraciones muy propias, como un intento por mostrar con franqueza y con humildad a un hombre de profundos pensamientos. Lo maravilloso de este trabajo editorial, es que el lector es capaz de sentir que el fotógrafo ha construido con su papá una relación de mutuo respeto, amor y dedicación. No creo haber visto antes un relato tan conmovedor sobre la vida de una persona.

PUNTO DE FUGA ha querido conversar con Tom Griggs para entender porqué en este momento surgió la necesidad de hacer un libro sobre este tema. También es la oportunidad de entender mejor cuál ha sido la larga colaboración que el fotógrafo ha tenido con la editorial Mesæstándar, que publica libros de arquitectura, libros de arte, libros ilustrados y libros de fotografía.

Conversación

P.D.F.: Tom, no es un misterio para ti al día de hoy saber hasta qué punto me han marcado tus libros. El primero que conocí fue Herida y fuente. Lo conseguí en una librería en Bogotá por recomendación de los fotógrafos de Ojorojo Fábrica Visual y me sentí casi apenada al ver con qué sinceridad y con qué delicadeza contabas lo difícil que había sido para ti estar lejos de tu pareja. Ahora llegas con este libro A Creature Obeys a Creature That Wants. Lo primero que me gustaría saber es porqué le diste ese título. ¿Qué reflexiones te despierta esta frase tan enigmática con la que inicias tu relato?

T.G.: Para mi trabajo me interesan títulos que sugieran lecturas posibles y que abran posibilidades, más que títulos que las determinen y limiten. En ese sentido, como sugiere la manera inteligente en la cuál has hecho la pregunta, el título crea un punto de partida desde el cual podemos comenzar a sentir cómo es el camino para entrar en el trabajo.

En términos de reflexiones específica que este título despierta en mi como autor, me presenta la forma básica de los temas del libro. Sugiere una dualidad, y dentro de esa dualidad la obediencia de una entidad a otra. Después de explorar el libro, el lector podría preguntarse cuál es esa dualidad. ¿Es la relación de padre e hijo? ¿De Dios y de nosotros mismos? ¿Es la dualidad de la mente y el espíritu? ¿Qué más podría ser? Las palabras del título elegido también me dan sentimientos de la crudeza y la naturaleza primordial de este tipo de dualidades que nos definen.

P.D.F.: Este libro empieza con mucha sutileza, mostrando un retrato, una imagen del cielo y luego una fotografía de tu papá acostado en una cama con una postura meditativa muy interesante. Creo que esa fotografía de él anticipa muy bien lo que vas a compartimos luego cuando llega un texto manuscrito en el que una mano temblorosa escribe: ¿cómo sabemos que Dios nos ama?  Te confieso que nunca había pensado en eso. No sabía siquiera que podría existir una criatura que fuera capaz de amarnos sin que lo sepamos. Cuéntame un poco sobre la forma como construiste esta secuencia de imágenes y sobre el trabajo editorial con Mesæstándar.

T.G.: La secuencia de apertura trabaja para establecer tanto la atmósfera como la narrativa. En cuanto a la atmósfera, las imágenes son sombrías, con la oscuridad abierta por colores saturados. Tienen referencias figurativas, pero no representan claramente a sus sujetos como lo haría una fotografía documental tradicional. Las fotografías también invocan los temas principales que se explorarán en el texto. Por ejemplo, en la primera imagen vemos la disolución del yo en color y luz; la presencia de la religión comienza en la segunda imagen; etc.

Se llegó a la secuencia final después de meses de mezclar imágenes dentro y fuera del libro y también moviendo imágenes entre diferentes lugares del libro. La mayor parte de ese trabajo se realizó en la pantalla. En algún momento tuve un conjunto de fotografías más “concretas” como posible inicio en una modalidad documental más expositiva. Prefiero el arte que me obliga a pensar y cuestionar, que no hace el trabajo por mí como espectador, y por eso finalmente opté por una secuencia inicial compuesta por representaciones más abiertas y abstractas de sus temas. Es una apertura “más arriesgada” en el sentido de que no es posible entender completamente las imágenes en un primer vistazo al libro. Sin embargo, si lees los textos y revisas el libro varias veces, espero que las imágenes se unan y recompensen el trabajo de involucrarse con las ideas dentro del proyecto durante un tiempo prolongado.

En cuanto al proceso editorial con Mesæstándar, con cada libro que hemos hecho juntos, el proceso ha comenzado a partir de un PDF muy trabajado que les traigo. Harán sugerencias para una secuencia si hay algo que realmente les llama la atención o si hay un problema en términos de numeración de páginas para una signatura. Aparte de eso, sin embargo, me dejan ese lado y trabajan en otras áreas del libro para sacar lo mejor del trabajo, desde refinar los diseños de las páginas hasta seleccionar fuentes, desde generar ideas para portadas hasta liderar el proceso de selección de materiales.

P.D.F.: Me gusta mucho como aparecen en el libro las fotografías de tus abuelos, las imágenes de la casa donde tu abuelo pasó su infancia y una serie de imágenes en las que muestras el cielo como buscando alguna respuesta a las preguntas que se hacía tu papá. Yo tengo la certeza de que, salvo algunos astrónomos, muchos de nosotros dejamos de mirar hacia el cielo, hacia las nubes cuando crecemos. Es como si en algún momento dejáramos de hacernos preguntas importantes, dejáramos de maravillarnos con eso que está más allá de la vista y que es tan conmovedor. Quisiera saber cómo fue ese trabajo con el archivo familiar. ¿Cómo elegiste las fotos y qué significan para ti, no sólo en este libro sino en general?

T.G.: Antes de responder a la pregunta, quiero decir cuánto aprecio tus comentarios sobre el papel del cielo en el libro como oráculo al que hacemos preguntas y encontramos respuestas. El cielo también es una exploración importante en el libro que hice con Paul Kwiatkowski, Ghost Guessed, en el que utilizamos el augurio como concepto estructurante. El cielo también tendrá un lugar importante en un libro cuyo lanzamiento está previsto para el próximo año y que será la tercera y última entrega de un tipo de trilogía junto a Ghost Guessed y A Creature Obeys a Creature That Wants. Los tres libros tendrán una serie de puntos de conexión que los atravesarán, y uno de los importantes será el cielo.

En cuanto a tu pregunta, selecciono imágenes del gran archivo familiar de fotografías si parecen servir como bloques con que puedo construir. Selecciono imágenes que pueden servir a un proyecto tanto por su contenido narrativo como por sus cualidades estéticas. Idealmente, hacen dos cosas igualmente bien: uno, ampliar la comprensión del texto sin repetir el contenido o simplemente “ilustrarlo”; y dos, proporcionar atmósfera y cargar el aire con el ambiente que quiero para el proyecto.

Con el archivo familiar, como con mis propias fotografías o cualquier grupo de imágenes, empiezo por mirar todo lo que puedo. Termino con una gran edición de fotografías, demasiado grande para trabajar con ellas o para imprimirlas y editarlas físicamente. Trabajo con archivos digitales en la computadora hasta tener alrededor de 200 imágenes. A partir de ahí, normalmente imprimo la selección al tamaño de tarjetas postales y empiezo a editar y secuenciar físicamente.

Alterno entre estilos de edición. Puedo acercarme a las imágenes y hacer una edición “rápida”, usando mis manos, ojos e intuición para hacer combinaciones y cadenas de imágenes, y luego otro día podría hacer una edición “lenta” y acercarme a las imágenes de manera más intelectual. En este estilo de edición me siento y miro a las fotografías, pienso en conexiones y cambios, y escucho las fotografías y lo que quieren llegar a ser, por mucho que intento que sean algo.

En cuanto a lo que significan para mí, me preocupo profundamente por ellos, pero el significado siempre es contextual y, por lo tanto, cambia según cómo, cuándo y dónde me relaciono con ellos.

P.D.F.: Quiero hacer un énfasis en los textos que incluiste al final del libro. No es muy común ver libros de fotografía en donde el texto escrito sea tan importante y tan impactante como las imágenes. Pero en este caso has conseguido sentir algo por tu papá. Me ha parecido muy profundo el homenaje que le haces, las canciones, los salmos y las oraciones que le escribes en tus propias palabras. ¿Cómo surgieron esos textos? ¿Tu papá los leyó o es algo que mantuviste contigo hasta la publicación de esta obra?

T.G.: Hacer Ghost Guessed con Paul me entusiasmó por volver a escribir creativamente. En la universidad consideré seriamente convertirme en escritor, pero finalmente tomé la decisión de dedicarme a las bellas artes. Sabía desde hacía varios años que quería hacer este libro y construir sobre la experiencia de escribir con Paul, pero fue necesario el encierro forzado de la primera parte de la pandemia para que realmente me sentara y comenzara a desarrollar el textos.

Había grabado entrevistas con mi padre sobre los acontecimientos tratados en el libro varios años antes y comencé a escribir escuchando esas grabaciones, tomando notas y sacando palabras y frases. También le escribí correos electrónicos a mi padre, buscando más información y, finalmente, le di algunos prompts para que respondiera a las ideas que tenía para el trabajo. A partir de todo eso comencé a escribir. Para mí, producir un primer borrador es un proceso bastante tortuoso, pero una vez que tengo algo que editar, disfruto profundamente editar lo escrito una y otra vez. También leí a varios de mis autores favoritos, como Anne Carson y Cormac McCarthy, en busca de inspiración y también para prestar de ellos cuando pude.

Cuando terminé los textos, se los di a mi padre para que los leyera y para asegurarme de que fueran exactos y que se sintiera cómodo con que yo los publicara.

P.D.F.: También tengo la impresión de que has sabido identificar el potencial narrativo de los libros de imagen. Normalmente los fotógrafos de la nueva generación tratan de buscar romper con lo narrativo y buscan confrontar imágenes, superponerlas, usar distintos registros visuales para darle versatilidad y fuerza a sus fotografías. Pero aquí hay como una búsqueda para darles a las fotografías ese rol que pueden tener muchas veces los relatos escritos. Que con ellas se pueda contar lo que se ha vivido y darle espacio a las imágenes para que sugieran un estado de ánimo, generen un ambiente y nos hagan sentir que podemos estar allí, compartiendo tu visión, sintiendo la relación que has construido con tu papá o al menos tu mirada sobre él. ¿Eres consciente del valor de la narración en este libro?

T.G.: Yo diría que la narrativa es inseparable del acto de colocar una cosa al lado de otra – o encima, o debajo – aunque se puede imaginar que la forma en que operan las narrativas adopta muchas formas físicas diferentes. Muchos proyectos de documental expandida que he visto recientemente, por ejemplo, los veo como una “red narrativa” con densas capas de imágenes que crean un conjunto casi infinito de caminos a través de la obra. Las numerosas yuxtaposiciones abren significados asociativos y liberan al autor de formas narrativas más tradicionales que limitan la lectura de la obra. Pero todavía tiene narrativa.

Dicho esto, se necesita una mano experta para trabajar con tanto material. Admito que cuando estoy dentro de esas obras a menudo siento que el artista podría haber dado más forma a la obra y que, en última instancia, los vastos conjuntos de lecturas posibles me dejan con una relación más superficial con la obra a medida que intento una ruta a través de ellas, y luego otra y luego otra, en lugar de llegar a una interacción más singular y más profunda con el arte que estoy viendo. El significado de la obra sigue elusivo a medida que la intención del autor se vuelve menos legible.

Creo que la forma narrativa que finalmente elijas para trabajar en un libro debe ser la que exige tu proyecto. Puedes cambiar entre proyectos. En este libro decidí usar una “línea narrativa” porque el componente textual del libro está formado esencialmente por dos líneas: una línea de descenso y una secuencia cronológica. De esta manera, los lados visual y textual del libro se comunican entre sí en su forma narrativa. Además, la especificidad y naturaleza concreta del texto me pide que ejerza ese tipo de control también en el lado visual. Las limitaciones de la línea narrativa me dan un mejor control sobre el terreno por el que se mueve el lector, más capacidad para crear atmósferas y sensaciones apropiadas al texto.

P.D.F.: Claro, como toda la tradición Judeocristiana y los relatos sagrados, esta historia familiar tuya se basa en una idea, la génesis, el origen de la vida y en particular, de la que tú has tenido. Ahora que puedes tener este libro en la mano, que sabes cómo poco a poco has podido re-elaborar esos inicios o al menos darles el espacio que merecen en tu obra, ¿qué sentimientos, qué reflexiones han podido surgir en ti al hacer este proyecto?

T.G.: Pienso con el tiempo… ¡y a través de preguntas como éstas! – tendré otro tipo de reflexiones, pero en este momento de la publicación reciente de la obra, el sentimiento abrumador es de cercanía con mi padre, sujeto principal del libro. En última instancia, el libro es un acto de amor, en el sentido de que la honestidad es un acto de amor, y el libro describe una parte oscura de su vida con honestidad. También me brindó la oportunidad de reflexionar y comprender mejor las fuerzas que causaron estos momentos de su vida de una manera que nunca hubiera tenido aparte de hacer este libro. Eso fue importante para mí personalmente, ya que busco aprender de la experiencia de mi padre cómo evitar llegar a lugares tan oscuros en mi propia vida, a pesar de que me parezco a mi padre en muchos aspectos.

P.D.F.: En una parte del libro sale un florero delante de un papel tapizado y luego un texto de tu padre. Las imágenes de archivo tienen un color muy peculiar, parecen hechas o impresas con métodos analógicos. Uno siente el poder de los químicos sobre los colores y quedan rastros de imágenes que han estado marcadas por el tiempo. El color es historia digamos. Esa imagen, tiene la misma fuerza que la confesión de tu papá en donde reconoce estar rodeado de chacales en su mente. ¿Cómo hacer que los recuerdos estén vivos de este modo? ¿Cómo conseguir que todavía puedan ser capaces de conmovernos y permanecer en nosotros?

T.G.: Es una pregunta muy buena, pero me resulta difícil darte una respuesta. No hay ninguna fórmula. Es un proceso de prueba y error, tanto para crear imágenes como para luego organizarlas en una secuencia. Ambas partes de la creación de una obra son oportunidades para crear de maneras que conmuevan a alguien, que permanezcan con él. Todo lo que puedo decir es que puedes mejorar tus probabilidades con la experiencia.

P.D.F.: Hay muchos reflejos, mucho brillo y muchas sombras en tus fotografías. De vez en cuando aparece el retrato nítido de tu papá pero siempre está como en una postura reflexiva. Es como si fuera alguien muy introvertido. ¿Crees que hay una diferencia entre la forma como tú retratas a tu papá y quién él es realmente? ¿Hasta qué punto la fotografía puede revelar la esencia de una persona? ¿No se trata más bien de reflejar la mirada del que observa a los demás?

T.G.: Sí, hay claramente una diferencia entre cómo lo fotografío y quién es mi padre realmente porque – para responder a tu segunda pregunta – no tengo fe en que las fotografías revelen la “esencia” de alguien – y eso es incluso dejar de lado la pregunta filosófica de si nosotros, como seres humanos, tenemos una “esencia” coherente y consistente para ser fotografiada, una idea en la cual tampoco tengo mucha fe.

Representar es reducir: las fotografías capturan impresiones y fragmentos un sujeto, no su esencia. Además, el significado de la fotografía está determinado en última instancia por el contexto de su lectura, así como por una negociación entre tres actores: el sujeto fotografiado, el fotógrafo y su manera de representar al sujeto y, finalmente, el espectador y las experiencias de vida e ideologías que llevan a la comprensión de la fotografía. Un fotógrafo puede influir, pero no controlar, las lecturas de su trabajo y cómo los demás ven a su sujeto.

P.D.F.: Quiero que volvamos un poco en el tiempo para hablar de tus otros libros. Empecemos por puntos de vista. Este libro es el resultado de un trabajo conjunto entre tres editoriales, un fotógrafo y 46 autores de Medellín se reunieron para hablar sobre esa ciudad de Colombia. De tu vasto archivo eligieron una muestra de 100 imágenes para que las personas pudieran escribir sobre ellas. ¿De dónde vino esa idea del trabajo colaborativo?

T.G.: Las tres editoriales habían querido hacer un proyecto juntas. Miguel Mesa y Juan David Díez de Mesaestándar concibieron la idea de este libro y me la propusieron a mí y a las otras dos editoriales. Todos estaban emocionados y seguimos adelante.

P.D.F.:  Ghost Guessed es un libro que hiciste junto con Paul Kwiatkowski. Lo publicaste con Mesæstándar también. En este libro haces referencia a un acontecimiento del 13 de noviembre de 2009. Ese día, Andrew Lindberg, un joven piloto, partió de Ciudades Gemelas para reunirse con su padre y hacer un viaje de cacería al norte de Minnesota. Nunca llegó; días después la avioneta de Lindberg fue localizada en una alejada zona rural de la Reserva India White Earth. Este es un trabajo en el que exploraste la ausencia que se produce a raíz de la muerte y cómo ésta produce recuerdos muy marcados y complejos, sin importar que tan abstractos sean. ¿Qué fotografías y qué textos mostraste ahí?

T.G.: Hay un capítulo en el texto que explora cómo nuestro sentido de identidad se nos expresa a través de diferentes medios: Polaroids, películas analógicas, el iPhone, etc. Nos vemos a nosotros mismos en la imagen y también nos vemos en la estética de la imagen. Eso nos dio el mandato de recurrir a una amplia gama de fuentes visuales para el libro: mapas de Google, imágenes tomadas con cámaras desechables, collages digitales, capturas de pantalla de simulación de vuelo y mucho más.

Paul y yo escribimos y editamos los textos por igual. Teníamos un documento de Google que pasábamos entre nosotros y editábamos juntos. Los textos están escritos desde la perspectiva de un único narrador, pero ese narrador combina nuestras voces. Los acontecimientos del libro se extraen de experiencias de nuestras vidas. En el libro se entrelazan dos tipos de texto: textos que narran la historia principal de la desaparición de Lindberg y aquellos que exploran cuestiones e ideas que enmarcan la historia de Lindberg.

P.D.F.: Por último está Herida y Fuente. Un libro que parece muy sencillo en su formato pero es poético e íntimo. ¿Fue la primera vez que trabajaste en un libro de fotografía? ¿Porqué surgió la necesidad de publicar este libro?

T.G.: Hice a mano un fotolibro para mi tesis de maestría, pero nunca intenté publicarlo.

En cuanto a la segunda pregunta, de alguna manera tu pregunta tiene mi respuesta. El arte que hacemos debería ser lo que necesitamos hacer. En este caso, fue la necesidad de expresar las emociones que sentí en torno a un evento de mi vida, y al expresarlas, también comprenderlas mejor.

Web.

https://www.tomgriggs.net/books

Biografía

Tom Griggs es un fotógrafo, editor, educador y escritor nacido en Estados Unidos y actualmente vive entre Medellín, Colombia y la Ciudad de México. Obtuvo una maestría en fotografía del Massachusetts College of Art and Design en Boston en 2009. Tom Griggs ha pasado gran parte de los últimos diez años enseñando en la Universidad de Antioquia y en la Fundación Universitaria Bellas Artes en Medellín. Ha publicado cuatro libros de fotografía: Herida y Fuente en 2017 y Ghost Guessed en 2018 con la colaboración de Paul Kwiatkowski, ambos libros publicados por Mesæstándar, Puntos de vista en 2019 con Angosta, Mesæstándar y Tragaluz Editores y finalmente A Creature Obeys a Creature That Wants en 2023 igualmente con Mesæstándar.