Porque sé que el tiempo siempre es el tiempo
Y el lugar es sólo un lugar
Y lo que es reciente es reciente sólo por un tiempo
Y sólo en un lugar…
T.S. Eliot, Miércoles de Ceniza
«Because I know that time is always time
And place is always and only place
And what is actual is actual only for one time
And only for one place…»
T.S. Eliot, The Poems of T. S. Eliot V.I: Collected and Uncollected Poems,
Johns Hopkins University Press, 2015
Con esos versos del poema de T.S. Eliot Miércoles de ceniza, empieza la película Sans Soleil de Chris Marker, un documental que reúne imágenes de su encuentro con diversas culturas: Japón, Guinea-Bissau, Cabo Verde. La primera imagen filmada que aparece después de este enigmático texto que abre con una reflexión poética sobre el espacio-tiempo presentes, es la de tres niñas rubias cogidas de la mano, bailando en un campo en Islandia con la mirada posada sobre la cámara. Uno podría suponer que se trata de tres hermanas. La voz en off en francés es la de Florence Delay que relata mientras la película da inicio, sus recuerdos sobre el origen de esa primera imagen. Su voz dice: «la primera imagen de la que me habló [Chris Marker] fue la de esas tres jóvenes en un camino en Islandia en 1965. Me decía que era para él la imagen de la felicidad. Imagen que había intentado asociar a otras, sin conseguirlo. Me escribió: deberás ponerla sola, al comienzo de una filmación seguida de una larga toma en negro. Si uno no ha visto la felicidad en esa imagen, entonces al menos podrá ver el fondo negro».
Con ese mismo lenguaje libre y esa libre asociación de las imágenes, PUNTO DE FUGA quiso que el fotógrafo Juan Orrantia recordara la manera como fueron surgiendo recuerdos e imágenes. Su escritura da inicio a un largo recorrido a través de sus imágenes y una amplia reflexión sobre el significados de las fotografías de quién ha decidido vivir en Sudáfrica durante ocho años y recorrer el continente africano en busca de una memoria fotográfica. Su viaje se detiene por un momento en Guinea-Bissau. Las notas que hemos publicado hablan de un recorrido, de una búsqueda de la memoria: ¿qué lugares, qué espacios y qué recuerdos han ido alimentando la vida cotidiana de un lugar que no nos es tan familiar? ¿cómo fotografiar el cotidiano de quienes han vivido el conflicto? ¿qué ha dejado ese territorio en el imaginario de quienes lo fotografían?
Juan Orrantia, Pensamientos e imágenes de Guinea-Bissau
Escrito para PUNTO DE FUGA
Desde lo que alguna vez fue un club de natación Portugués, con su piscina y mirador sobre el río, hoy el antiguo muelle se ve bastante decrépito. A unas pocas cuadras está la casa donde nació Cabral. Cabral, Amilcar, quizás un nombre que para muchos no diga nada. Mucho menos Guinea-Bissau. Un pequeño país en Africa Occidental, un país olvidado a pesar de haber sido inmortalizado en una de las obras más importantes del cine experimental, Sans Soleil de Chris Marker. Cabral, Marker, nombres grandes que fluyen por lugares pequeños, que hoy son ruinas. Quizás mas como espejismos de un pasado no tan lejano.
La primera vez que pisé Bissau, hace ya casi 4 años, solo tenía en mente a Sans Soleil, y a penas me familiarizaba con la historia de Cabral, líder y pensador anti-colonial pan-africano que asumió la lucha que generaría la independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde. Para algunos, esta lucha independentista es como el Vietnam Portugués. Una colonia pequeña, agrícola, que para los Portugueses no significaba lo mismo que las grandes de Mozambique o Angola, pero que los sorprendería con una revolución y una lucha impresionante causando gran impacto en las fuerzas militares del Imperio. A tal punto, que dicen, los efectos fueron tales que no solamente inspiraron y pusieron en marcha las independencias de Mozambique y Angola un año después de que Bissau proclamara la suya, sino que además tendría efectos en la Revolución de los Claveles, con la cual se dio fin a la dictadura fascista de Salazar en Portugal. Un movimiento y un pensamiento que formó parte de las alianzas y solidaridades que surgieron con la Guerra Fría, donde América Latina, en especial Cuba, afianzaría lazos con el continente Africano que se ven hoy en día no solo en los nombres de escuelas o calles en la capital Bissau, sino también en la producción de cine del país, o cuando una mañana cualquiera en un rincón de Bafatá me tropiezo con una mujer joven que al oír que soy de Colombia deja su creole para hablarme en un español Cubano perfecto para decirme que solo a penas hace dos años regresó de Cuba donde estudió veterinaria.
Bafatá es un pueblito a lo largo del río. Su calle principal, rojiza y empolvada, que desciende hacia el antiguo puerto no es mucho más que un reflejo de la misma calle que vi hace poco en fotografías coloniales tomadas alrededor de 1910 cuando Bafatá era una de las ciudades más importantes de la pequeña colonia. Arriba, al comienzo de la calle, o al final, hoy hay una estrella, un monumento rodeado de columnas desiguales que honran a Cabral. Pero este monumento a diferencia de los demás en el país que en su mayoría son bustos que muestran al intelectual revolucionario, es un símbolo claro de lo que quizás fue la utopía de un mundo nuevo, pero que sin lugar a dudas fue el impulso y la transformación del pensamiento Africano hacia la descolonización. Un pensamiento que revertiría en los movimientos de consciencia negra panamericanos de los años 60 y 70, y más allá. Lo que pasa es que al igual que el pequeño país, el interés de la historia no ha estado propiamente enfocado hacia allá.
A Guinea-Bissau hoy se le conoce como uno de los puentes claves en el tráfico de cocaína desde Suramérica hacia Europa. En la prensa casi siempre se menciona que desde su independencia no ha habido un solo período presidencial que logre ser terminado y no interrumpido por un golpe de estado. Que los militares hacen allí lo que quieren, y que la democracia y desarrollo nunca se lograron “instaurar”. No toma mucho para ver que representa ese imaginario colonial y racista que sobre Africa se tiene, uno de un continente de países cuyos nombres no se saben, que se imaginan iguales, pobres y descontrolados. Esta es la parte que es fácil de encontrar si se busca algo sobre el país. El resto no tanto. Y ahí estaba la clave de Sans Soleil, de pensar a Guinea-Bissau como lo que Marker llamó un polo de supervivencia, donde los sueños anticoloniales que inspiraron a un continente fueron no solo verdad sino realidad, pero también donde, por aquella relación que tienen las imágenes con la memoria, donde lo que se ve se recuerda y lo que no se olvida, estas verdades yacen para muchos como un simple pasado, aun quizás solo sus trazos.
Cuando comencé buscaba esos trazos de sueños de liberación. Seguí el fantasma de Marker por los muelles de Pidjiguti, encontré las estatuas que yacían en el suelo y hoy adornan el antiguo fuerte esclavista a orillas del mar. Pero también estoy buscando los trazos de la colonización que también se quieren olvidar. El olvido corre en muchas direcciones. El tiempo se vuelve olvido, y la historia se escribe sin pensar que el pasado no se fue. Y entonces uno puede imaginar que yace en objetos, en paisajes, en rostros. Que los sueños que impulsaron alguna vez, y que aún no lograron su aparente objetivo, no en vano tienen porqué desaparecer.
Web
Juan Orrantia
Biografía
Juan Orrantia es un fotógrafo Colombiano, nacido en Bogotá en 1975. Desde hace ocho años vive y trabaja en Sudáfrica. Su labor como fotógrafo está relacionada con una visión poética y evocativa de la imagen a través de la cual se generan una serie de historias que narran visualmente situaciones, eventos y desenlaces históricos. Su trabajo explora las cualidades emocionales de lo cotidiano a través de las cuales se van gestando formas de representar y de comunicar la condición social de personas y pueblos que ignoramos, observándolos mientras viven el día a día.
Sus series fotográficas: Bittersweet Forest, Why Would, There was heat that smelled of bread and dead fish y Normalcy, evocan las consecuencias del colonialismo, los efectos devastadores del terror, de la guerra y del narcotráfico para quienes lo viven de cerca y cuentan la realidad de quienes se han desplazado de sus tierras. Algunas de esas series han sido expuestas en Colombia, Sudáfrica y Alemania. Hace poco Orrantia fue ganador de una Smithsonian Artist Fellowship, la Tierney Foundation Fellowship for photography entre otras.
Texto
Suspendido: Notas sobre sueños de liberación
Traducido por PUNTO DE FUGA
La imagen elude, se escapa. No como el agua que se escurre entre los dedos, sino de forma más sutil y más veloz, como un flash, como un brillo que choca, que se enciende, nos toma por sorpresa y nos deja una huella; una impresión momentánea de un tiempo lejano que ha pasado, como imágenes que regresan rápidamente a la mente cuando se está en el lecho de muerte. La imagen está hecha de comienzos, de cruces que surgieron a partir de historias compartidas de imperialismo, pasados que han quedado tatuados en la piel de la gente, en sus paisajes, en sus mentes. Una imagen que resiste como rasgada por la luz del sol, sobre pavimentos que se rompen quedando a la merced del curso del agua, rastros escritos sobre los muros de una arquitectura que en algún momento fue hecha para impresionar. La imagen tiene un nido, una fuente que es el ojo del hombre que la vio, de quien vivió bajo el impulso de un sueño revolucionario. Esa es la imagen que me atrae, la traducción de un recuerdo visual donde la fotografía o el documento toman la forma de un río o quizás su impulso para seguir su camino llevados por el flujo lento y sutil de la corriente, como si fueran una forma no determinada pero continua del ser. Son las imágenes de la presencia suspendida de esos recuerdos que cuelgan, cargados de las vida y de los sueños de liberación de la gente y van por ahí, intercambiando roles, viven su propia existencia hasta que no es posible saber quién liberó a quién, ni de dónde vinieron esas imágenes o a dónde van a parar.
Portafolio.
The Smithsonian Research, 2017
Artículos y entrevistas
Juan Orrantia, Suspended[1]: Notes on dreams of liberation, HIVE, 2014
Juan Orrantia & Anaïs Albert (trad.), Les conséquences de la terreur et l’intimité du souvenir, Revue Tracés, 2010
Zachary Rosen, A Conversation with Photographer Juan Orrantia about Guinea-Bissau and his Search for Amilcar Cabral, Africa is a Country, 2013
Terry Kurgan & Tracy Murinik, Wide Angle, Fourthwall Book, 2015