“Entre 2009 y 2013, intenté responder a ciertos interrogantes que me habitaban. Me había convertido en inmigrante y estaba vivenciando la condición de desarraigo. Eso me condujo a reflexionar sobre mi propia historia familiar. En esta deslocalización se produce un lento y por momentos doloroso proceso de construcción de una identidad que se transforma”.
Alejandro Erbetta
El libro Reprises de Alejandro Erbetta, narra la historia de su familia, quien migró de Italia hacia Argentina en el siglo XIX. Buscando los orígenes de sus antepasados, Erbetta recorrió los pasos de sus bisabuelos, reconstruyendo, a través de imágenes, documentos e historias, su itinerario en dirección a Argentina. En ese entonces, sus abuelos partieron del norte de Italia, de la región del Piamonte, para luego bajar hacia el sur, hasta el puerto de Génova, donde embarcaron en 1885 en un barco llamado Matteo Bruzzo. La primera parte del recorrido lo llevó de Fontanetto d’Agogna hasta la ciudad de Génova. Desde allí, cruzó el océano y llega al puerto de Buenos Aires en Argentina. Una vez allí, el fotógrafo empezó a hacer investigaciones en archivos públicos y en instituciones especializadas en la historia de la inmigración en América Latina, como el CEMLA (Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Migraciones). Los bisabuelos de Erbetta formaban parte de aquel gran desplazamiento de migrantes que partieron hacia América Latina en busca de un destino mejor. Su historia está plasmada en los documentos oficiales y en las historias de familia que, como en este caso, merecen ser contadas para no quedar en el olvido. PUNTO DE FUGA quiso completar ese recorrido con una entrevista con el fin de conocer un poco más a fondo el proceso editorial de este trabajo.
© Alejandro Erbetta, Reprises, La luminosa editorial, 2021
P.D.F: Alejandro, en el texto de introducción sobre tu trabajo describes cuáles fueron tus motivaciones para llevar a cabo este trabajo de investigación sobre los orígenes familiares. En ese texto te haces una serie de preguntas que parecen haber guiado tu investigación. Por qué no empezamos a resolver algunas de ellas. Retomo un fragmento de tu texto para empezar con ello.
“Volver a la región de mis antepasados despertaba en mí una profunda y viva curiosidad. Era remontar un camino en sentido inverso, a través del espacio-tiempo; era un eco, una resonancia cíclica de temporalidades entrecruzadas; era afrontar y deconstruir una historia para construirla nuevamente. Partir, alejarse de la propia familia, desandar la lengua materna, atravesar las fronteras para ser recibido en un país lejano, con una nueva cultura y todas las dificultades y rupturas que ello supone, era una realidad que mis antepasados habían también vivenciado. Al recorrer aquellas regiones del norte de Italia, intentaba ir al encuentro de una historia individual y colectiva, pero…¿encontraría respuestas, filiaciones, resonancias del pasado durante mis viajes y mis exploraciones ?”
¿Qué fue lo que encontraste al hacer ese viaje desde Europa hasta Argentina?
A.E.: Luego de algunos años de viajes e investigaciones pude encontrar el lugar de origen, un pequeño pueblo del norte de Italia llamado Fontanetto d’Agogna, también documentos importantes que me permitieron comprender mejor la historia familiar. Desde que comencé mis búsquedas fui colectando pacientemente diversos materiales (documentos, archivos), y trabajé a partir de algunas pocas pistas e imágenes que quedaban ; sobre todo a partir de ciertos interrogantes que habían surgido en mí como descendiente de inmigrantes.
Con el tiempo comencé a elaborar ciertas hipótesis sobre la historia familiar, sus posibles causas de emigración. Si en el curso de mis exploraciones iba encontrando respuestas parciales, nuevas preguntas iban surgiendo. De hecho Reprises, que es un fotolibro que contiene imágenes y textos, sostiene un estado de búsqueda permanente. El libro se termina abriendo nuevos interrogantes. Es, tal vez, una investigación interminable, que queda en suspenso.
Mis bisabuelos emigraron a la Argentina hacia 1885, y mucha información se había perdido desde entonces. Sin embargo, volver sobre la ruta de mis antepasados me ofreció la posibilidad de recuperar una parte de la historia que se había perdido en los confines del tiempo.
Recomponer fragmentos, interpretarlos artísticamente, me permitió encontrar parte de mis raíces lejanas y reconstruir mi propia identidad. Ser un artista-migrante ha sido parte de un proceso de crecimiento, por momentos doloroso, que implica aceptar una identidad multiple y flexible, e integrar otras culturas. Esa ha sido, tal vez, una de las mayores riquezas que he encontrado en esta aventura creativa y existencial.

© Alejandro Erbetta, Reprises, La luminosa editorial, 2021
P.D.F.: ¿Por qué en ese momento de tu vida decidiste volcarte hacia la historia de la migración en la familia? ¿Qué era lo que te interesaba de este relato y por qué te pareció importante plasmarlo en un libro?
A.E.: Hubo dos cuestiones que han sido esenciales. Por una parte mi proyecto surgió de mi propia condición de inmigrante, y del proceso de aculturación que experimentaba en esa época; por otra, de mi historia familiar, prácticamente desconocida y olvidada. Estos aspectos funcionaron como un disparador para poder concebir un trabajo artístico de largo aliento.
De una cierta manera, la historia familiar volvía a repetirse. Un siglo después de la partida de mis ancestros, yo mismo me había vuelto migrante. Pero esta vez el viaje era en sentido inverso, desde América del sur hacia Europa. Había partidas y regresos a través del tiempo, algo cíclico que me interesaba indagar y es una de las claves de mi trabajo.
Desde un principio comencé a hacerme preguntas acerca de cómo ellos habrían vivenciado el proceso de transformación que implica dejar el país de origen, aventurarte en un nuevo mundo, vivenciar el pasaje de una cultura a otra. Cuales fueron sus alegrías, sus penas ? Había algo que me identificaba con sus historias. Necesitaba ahondar en aquellas vidas lejanas y al mismo tiempo familiares.
En el curso de mis desplazamientos, mientras fotografiaba, investigaba y escribía, se fue estableciendo un diálogo secreto y silencioso con ese pasado familiar. Una suerte de conexión virtual que se iba acentuando en el transcurso de mis errancias y exploraciones. El viaje hacia el territorio de mis antepasados comenzó siendo ante todo imaginario, a través de fotografías, relatos y lecturas. Luego vinieron los viajes efectivos y reales por el norte de Italia.
El fotolibro me pareció desde el comienzo de mi proyecto un dispositivo ideal para plasmar artísticamente mi propia historia articulada a la historia de la inmigración. Siempre he considerado el libro como un objeto mágico que abre mundos posibles al lector.
P.D.F.: Me gustaría saber si existe alguna diferencia entre el proceso de investigación y de documentación sobre esa historia de migración que hubo en tu familia y el proceso de selección de imágenes para un libro. ¿Qué puede cambiar entre el primer momento en el que se aborda esa búsqueda de la historia familiar y la forma como luego se va a reconstruir o editar?
A.E.: Cuando comencé el proyecto no sabía concretamente hacia donde me llevaría, aunque tenia la idea de articular lo artístico con lo existencial, narrar la vida misma. Quería también proponer algo que sobrepasara los límites de la fotografía propiamente dicha, reutilizando archivos, documentos, textos, mapas e imágenes personales. Construir un universo que pudiera representar mis búsquedas. Utilicé por una parte la metodología rigurosa de un investigador, y por otra la sensibilidad y creatividad propias de un artista.
Las fronteras entre historia familiar y puesta en forma fueron siempre bastante permeables para mí. Podría diferenciar algunas etapas importantes. La investigación, la compilación de documentos e imágenes, la selección rigurosa de los elementos y finalmente la puesta en forma narrativa.
Cuando decidí pasar de la búsqueda de la historia familiar al formato libro, la selección de imágenes se centró principalmente en lo que quería evocar a través de un discurso estético visual. Ello implicó la elección precisa de cada elemento que componía mi corpus de trabajo pensando como finalidad en hacer un libro que contuviera imágenes, documentos y textos. Adopté a partir de entonces, un punto de vista distante, crítico, y cavilé sobre forma y contenido, con el fin lograr un equilibrio adecuado de mi objeto artístico. Así se puso en juego una narración elíptica visual y la estética de las imágenes.
Mi intención fue concebir el libro como un espacio imaginario, flotante, suspendido. Desde el comienzo traté de situarme en una frontera indecisa. Creo en la ambigüedad de las imágenes fotográficas, que por una parte certifican y atestan, como decía Barthes, y por otra pueden ser vistas como metáforas, posibilidades para crear ficciones. Como en una novela histórica había partido de ciertas trazas existentes para interpretarlas, a través del prisma del imaginario y la creación.

© Alejandro Erbetta, Reprises, La luminosa editorial, 2021
P.D.F.: ¿Cuál fue tu experiencia con la editorial La Luminosa?
A.E.: Trabajar con un equipo editorial como La Luminosa ha sido motivante y enriquecedor. Implica un proceso de trabajo colaborativo de algunos meses, período que se vuelve particularmente intenso. Hay que tomar decisiones importantes en una breve lapso, y muchas de las resoluciones son de carácter irreversible.
En mi caso, había reflexionado mucho sobre la articulación de todas las fuentes diversas que poseía la serie. El proyecto había circulado bastante en formato de exposición, por Europa, Asia y América Latina, y eso me fue dando experiencia. En 2014 tuve la posibilidad de publicar en Francia parte del proyecto en una colección de libros de fotografía llamada Retina.Creation, dirigida por François Soulages, mi ex-director de tesis en la Universidad Paris 8. Formar parte de una colección implica adaptar el trabajo a un formato predeterminado, a un cierto número de páginas. Esa experiencia fue de gran utilidad para condensar ideas, proponer un tipo de narrativa heterogénea, escribir textos.
En 2020 cuando encontré al equipo de la Luminosa, había realizado por mi propia cuenta una parte del camino. Por suerte el equipo me dió libertad, y tuvo siempre respeto y confianza hacia mi trabajo. En las reuniones que manteníamos, me iban proponiendo nuevas ideas que fueron enriqueciendo el libro. Pienso en puestas en página originales, o en la idea de articular mis textos fragmentarios con las imágenes, interacción compleja que resultó funcionando muy bien en el libro. Finalmente el paso de un largo trabajo en solitario al trabajo en equipo generó una rica circulación de ideas y terminó potenciando el objeto-libro.
P.D.F.: ¿Por qué se llamó Reprises el libro?
Reprises es un termino en francés que evoca la idea de una recreación, tanto artística como existencial. Me basé en una novela del filósofo danés Søren Kierkegaard, La Reprise. En la introducción del libro la teórica francesa Nelly Viellaneix, analiza el concepto de « reprise », que es un término preciso y podría tal vez ser traducido como recreación (o remake en inglés). Dicho término hace alusión a una búsqueda del pasado, no con fines nostálgicos, sino para construir un avenir. Esta idea condecía con mi propia reconstrucción identitaria y familiar.
Si bien esta idea era aplicable a mi propia historia, quise abordarla en el sentido de contar la «historia oficial», desde un punto de vista particular y subjetivo, lo que Carlo Ginzburg denominó «micro-historia». Volverse sujeto y objeto de la historia.
La idea de « reprise » puede ser vista también desde un punto de vista estético. Mi trabajo se inscribe dentro de la gran corriente de artistas contemporáneos que practicaron la reactivación y reutilizaron de imágenes, documentos y archivos, a partir de los años 1970 y que ha vuelve a estar en auge desde algunos años.
P.D.F: Como tú mismo lo dices la historia familiar es algo cambiante, es una narrativa que se construye según quién la cuente y quién la recuerde o cómo la recuerde. La memoria está llena de imágenes y de relatos que van tergiversándose y cambiando con la vida, con eso que responde a las necesidades que uno tenga en el momento. ¿Por qué entonces preocuparse por la legitimidad de una historia familiar? ¿Sientes alguna responsabilidad a la hora de contar la historia de tus antepasados? ¿No es la historia de familia algo subjetivo por definición?
A.E.: La memoria familiar me resulta un tema apasionante y complejo. En ella coexisten historia personal al mismo tiempo que la historia del grupo a través de las generaciones. Nacemos con un legado, una historia, en un contexto determinado. La familia se vuelve parte fundamental y constitutiva de nuestra identidad, donde oscila y se establece una dialéctica entre subjetividad y norma, entre lo individual y colectivo. La historia del grupo transmite a través de sus miembros, y se vuelve un relato polifónico a muchas voces que se superponen e hibridan con el paso del tiempo. Eso provoca transformaciones, y hace que muchas cosas se tergiversen y hasta se olviden. También, como tú bien dices, existe una contradicción en los relatos.
Me interesó explorar esta zona de fragmentaciones, contradicciones y olvidos. La complejidad de la memoria familiar permite que cada uno pueda heredar una historia, pero al mismo tiempo permite reapropiarse de ella, ya sea reformulándola, recreándola y hasta negándola. Somos parte de una historia de grupo pero tenemos la posibilidad de ser (un poco) artífices de nuestro destino. Esto me parece interesante y abre posibilidades hacia el futuro.

© Alejandro Erbetta, Reprises, La luminosa editorial, 2021
En Reprises intenté trabajar a partir de ciertos hechos reales que habían existido para recrearlos, y así reapropiarme de la historia. Rescatar al menos algo del olvido, antes de que desaparezca para siempre. En ese sentido sentí una responsabilidad ante todo individual, con respecto a mi propia historia, y luego colectiva, para transmitir al menos algo a las nuevas generaciones. Tender un puente entre pasado y futuro.
P.D.F.: Entre tus inquietudes estaban estas: ¿cómo reconstruir nuestra propia historia cuando hay silencios, elementos que se nos escapan o desconocemos? ¿cómo reemplazar eso que falta? ¿Puedes decirnos cómo lograste reconstruir esa historia y reemplazar lo que hizo falta?
A.E.: En este tipo de investigaciones retrospectivas donde intentamos reconstruir el pasado se trabaja articulando algunos restos que rescatamos al olvido. Muchas cosas se pierden, y tal vez nunca podremos reconstituir literalmente. Eso da lugar a la posibilidad de inserción del imaginario. Pienso en la literatura Patrick Modiano, y su relación con la memoria, que veía en la exploración del pasado una posibilidad para la literatura y la ficción.
Los vacíos de la memoria familiar, fueron propicios para que yo pudiera reescribir una historia posible.Y allí estaban mis imágenes, mis textos, mis interpretaciones, dando nuevos sentidos, para intentar colmar aquellos huecos de la historia.
P.D.F.: Me parece interesante que menciones la idea de la ficción en un relato de familia. ¿Qué elementos del libro están más relacionados con la ficción y qué elementos son más documentales? Cómo se relaciona esto con el tema del vacío, de lo que no ha sido contado?
A.E.: El teórico e historiador francés André Rouillé se refiere al álbum de familia utilizando términos como « una memoria con lagunas » o bien « una ficción nostálgica ». En este sentido, me interesa pensar el álbum (también la memoria familiar) como un dispositivo que al mismo tiempo muestra y oculta, y pretende contar una historia a partir de fragmentos dispersos, atravesando el tiempo y las generaciones.
Con Reprises intenté explorar los vacíos de la memoria, con la intención de sobrepasar las fronteras entre ficción y documental, si es que en verdad existen. Me gusta pensar en la complejidad que poseen las imágenes, siempre rebeldes a las interpretaciones. Generar también una cierta ambigüedad en la lectura. Para mí no hay una prioridad entre los elementos que componen el libro, ya que todos forman parte de un espacio narrativo heterogéneo y diverso.
Mis propias imágenes son más bien abstractas, contemplativas, evocan un instante suspendido. No hacen referencia a un lugar geográfico preciso y determinado. Por otra lado, los archivos, documentos y fotografías de familia, que son de carácter documental, pueden ser vistos como documentos poéticos. Elegí ciertos archivos que consideré desde una doble lectura, o sea como un documento histórico e imagen poética al mismo tiempo. A mi modo de ver eso multiplica y enriquece la lectura de imágenes.
Cuando el archivo histórico es sacado de su contexto, es decir, es desplazado de una institución oficial hacia un espacio narrativo (el libro), adquiere una nueva significación que puede abrir múltiples sentidos.
En Reprises hay ciertas fotografías personales en blanco y negro, que parecen tender un puente entre pasado-presente, y pueden ser vistas como archivos, generan una cierta confusión de géneros. Finalmente los diferentes tipos de imágenes y documentos coexisten, se confrontan, se atraen y dialogan enriqueciendo las significaciones posibles.

© Alejandro Erbetta, Reprises, La luminosa editorial, 2021
P.D.F.: El libro tiene un fuerte elemento poético y muchas de las imágenes que son hechas por ti parecen evocar más la sensación del viaje y el misterio de esos lugares encontrados que la historia de familia. ¿Esto fue algo que quisiste integrar como parte de la “ficción documental”? ¿Qué es lo que genera este espacio de diletancia, de incertidumbre y de misterio en tu relato?
A.E.: El libro se constituyo para mí como la creación de un espacio narrativo, mejor diría como un territorio imaginario que me acompañó en mis desplazamientos. Subyace la idea de un viaje en el espacio-tiempo, de la ficción histórica y de la conexión virtual con mis ancestros familiares. Quise construir un espacio, una temporalidad flotante, algo que evocara lo indefinido. Existe la intención, ilusoria, de sobrepasar el tiempo cronológico y lineal. El objeto-libro abre un espacio que se vuelve propicio para una narración elíptica, un poema visual.
A través de Reprises intenté articular esos ausencia y presencia, pasado y presente, memoria y olvido, eso mundos diversos imaginarios y reales, en los que habito.
La articulación y el montaje de estéticas diferentes resultan esenciales en Reprises, y evocan una actividad poética. Sacadas de sus contextos, las piezas que componen el libro, buscan nuevas correspondencias. Ello produce una expansión del lenguaje (fotográfico). He intentado construir metáforas visuales, a través de una dialéctica de imágenes, textos y documentos, y eso le otorgó tal vez, esa fuerza visual particular al libro.
P.D.F.: La historia de la migración argentina en el siglo XIX hace parte de un relato nacional. Muchos historiadores lo relacionan con la fundación de una nación moderna, europea y mencionan también la aceptación que tenía en la sociedad burguesa la política de blanqueamiento de la sociedad. ¿Existe alguna relación tiene este relato o este mito de la fundación de la nación con la historia de tu familia?
A.E.: Desde un principio mi intención fue articular mi historia personal y familiar, teniendo en cuenta el contexto histórico de mi país. Como tú dices la construcción de la Nación, a mediados del siglo XIX, es parte de un relato nacional y de la ideología de la época, basada principalmente en la noción de civilización y progreso. En Argentina la Constitución Nacional se refiere expresamente a ello en su artículo 25. La fotografía acompañó este relato nacional. Hubo además una política migratoria llevada a cabo por el Estado Argentino. Muchas agencias de viaje se constituían en puertos como el de Génova, para ofrecer a los inmigrantes la posibilidad de venir a nuestras tierras. Aquello que los italianos llamaron « hacer la América » , correspondía a la posibilidad de realizar sus sueños y volverse propietarios de la tierra, lo cual era impensable para muchos de ellos en aquella época
La identidad argentina fue pensada como descendiente de europea, un país construido por la inmigración, aunque en verdad es algo mucho más complejo. Haberse pensado como pais desde esta perspectiva, es fruto de una visión parcial y selectiva, que dejó fuera una parte importante de nuestra identidad, como la gran riqueza y diversidad étnica que poseen nuestros pueblos originarios, que han sido siempre relegados y olvidados por la historia oficial.

© Alejandro Erbetta, Reprises, La luminosa editorial, 2021
La exploración de la historia familiar y del contexto migratorio me fueron llevando naturalmente a hacerme preguntas sobre qué es la identidad argentina, por cierto compleja y contradictoria. Actualmente estoy explorando este tema en un nuevo proyecto artístico, que concibo también a largo plazo.
Web
https://www.alejandroerbetta.com/
Editorial
https://laluminosaeditorial.com/reprises
Biografía
Alejandro Erbetta es artista visual e investigador, Doctor en Arts des images, spécialité Photographie, por la Universidad Paris 8. Sus temas de investigación giran en torno a la fotografía y la poética de la memoria, la reconstruccion de historias, el imaginario y la ficción. Su trabajo artístico ha sido expuesto de manera individual en Francia, Hungría, Italia, China, Corea del Sur y Argentina. Ha obtenido becas internacionales (Centre National des Arts Plastiques, CNAP, entre otras), realizado residencias artísticas (Francia, Italia, Grecia) y participado en festivales de fotografía en Europa, Asia y América. Es director de Retina. Argentina y miembro del Laboratorio 4010 de la Universidad Paris 8. Desde 2014 organiza coloquios internacionales sobre la fotografía contemporánea. Ha publicado tres libros de artista, dos libros de teoría-creación, y es compilador, junto a François Soulages, de doce libros teóricos. Sus obras se encuentran en colecciones de Francia, Hungría, China, Corea del Sur e Italia. Actualmente reside y trabaja entre París y Buenos Aires.